La «paz total» fracasa en el suroccidente de Colombia, llevando al presidente Gustavo Petro a ordenar una ofensiva militar contra los disidentes del Estado Mayor Central de las FARC en Cauca, tras múltiples ataques violentos.
El presidente Gustavo Petro ha decidido poner fin a los intentos de diálogo con los disidentes del Estado Mayor Central (EMC) de las FARC que operan en el suroccidente de Colombia, específicamente en el Cauca.
Este cambio en la estrategia de seguridad llega tras la toma guerrillera a la estación de policía de Morales, que dejó cuatro muertos, y la detonación de una motobomba en Jamundí. Estos actos violentos han colmado la paciencia del mandatario, quien ha declarado una «ofensiva total» contra el EMC.
El pronunciamiento de Petro estuvo acompañado por un cambio en la comandancia del Ejército, sustituyendo al general Luis Mauricio Ospina por el mayor general Luis Emilio Cardozo, en un esfuerzo por fortalecer la seguridad y defensa de la nación. Esta ofensiva militar se ha intensificado desde la suspensión regional del cese al fuego en los departamentos de Cauca, Valle y Nariño el 17 de marzo, resultando en confrontaciones constantes entre la Fuerza Pública y los frentes Dagoberto Ramos y Carlos Patiño del EMC.
Las autoridades han reportado numerosos enfrentamientos y bajas en ambos bandos, con el reciente fallecimiento del soldado profesional Pedro Pablo Sánchez en Patía. Ante la escalada de violencia, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, ha confirmado que no habrá nuevos pactos de cese al fuego con el EMC, enfatizando que los ataques terroristas de esta organización han cerrado la puerta a cualquier negociación.