Gremios empresariales aseguran que no fueron tenidos en cuenta en su construcción.
Este pasado jueves, 25 de agosto, el Gobierno Nacional sorprendió a propios y extraños luego de conocerse que la reforma laboral 2.0 fue radicada ante el Congreso de la República.
Pese a que se conocía que el texto estaba siendo construido para volver al Legislativo tras su fracaso durante la pasada legislatura, sin previo aviso del Ministerio de Trabajo, fue llevado en la mañana de este pasado jueves, para comenzar así su trámite en las próximas semanas en la Cámara de Representantes.
El nuevo texto no contiene grandes cambios con relación al planteado anteriormente, y aborda aspectos como la informalidad laboral; la inestabilidad; el abaratamiento de la indemnización ante despidos injustificados; la tercerización y la intermediación laboral; la eliminación de los recargos nocturnos y la reducción del recargo por trabajo en dominical y festivo; y la deslaboralización del contrato de aprendizaje.
Así mismo, su contenido toca a plataformas digitales, el trabajo a distancia, el trabajo agropecuario y a los trabajadores migrantes, entre otros.
Por el momento, la reforma se presenta con cierto tono polémico pues no fue concertada en su totalidad, no se explicaron los cambios y, como se mencionó, no se anunció su radicación.
Hace una semana, de hecho, los empresarios representados por la Andi y Fenalco habían manifestado su preocupación por la nula concertación que estaba teniendo la construcción del nuevo texto, así como la baja atención a las ideas del sector productivo.