Este virtuoso escritor colombiano que marcó la literatura mundial.
Sin lugar a dudas, Gabriel García Márquez, este virtuoso y genio de la escritura latinoamericano, marcó un hito en las letras mundiales con su aclamada obra Cien años de Soledad, con la cual ganó el Premio Nobel de Literatura.
Hoy, 23 de abril, en el día del Idioma Español, recordamos a este periodista y escritor colombiano, que nació el 6 de marzo de 1927, Aracataca, Magdalena y falleció el 17 de abril de 2014 en la Ciudad de México, en este país, donde escribió su obra cumbre, México.
Sus primeros años en la costa caribe de Colombia, lo marca, en especial, por el contraste que encontrará con Bogotá y otras zonas del país en las que vivió más tarde. En 1947 empezó a estudiar derecho, carrera que abandonó para dedicarse al periodismo.
Sus primeros artículos fueron publicados en el diario El Espectador y en El Heraldo de Barranquilla (Atlántico), donde pasó a integrar el conocido como “Grupo de Barranquilla”, donde conoció la obra de los autores que más adelante le influenciarán: Faulkner, Virginia Woolf, Hemingway y Kafka.
Su primera obra, La hojarasca, se publicó en 1955, para esa época, viajó a Europa por primera vez y se quedó cuatro años viviendo en Ginebra, Roma y París. Durante su estancia en Francia, atraviesa dificultades económicas y es allí donde escribe «El coronel no tiene quien le escriba» y «La mala hora”, obras que fueron publicadas en 1961 y 1962, respectivamente.
En 1958, ‘Gabo’ regresó a Sudamérica, donde se instaló de manera temporal en Venezuela, donde trabajó como periodista, sin olvidar la escritura de los relatos de Los funerales de la Mamá Grande (1962). Pasó unos meses en Cuba, donde acaba de triunfar la revolución, luego vivió un tiempo en Nueva York como corresponsal y, finalmente, se estableció en México. Allí trabaja en publicidad y escribe su primer guión para el cine, El gallo de oro, en colaboración con Carlos Fuentes.
En 1967 publicó la que pronto se convierte en su obra más conocida, y a cuya escritura dedica más de un año de intenso trabajo: Cien años de soledad. El éxito fue inmediato, agotándose la primera edición en apenas unos días, y para alejarse de la fama decide ir a Barcelona (España), donde vive de 1968 a 1974. Allí escribió El otoño del patriarca, obra que fue publicada en 1975, y cuentos como Isabel viendo llover en Macondo (1968) o Relato de un náufrago (1970).

Después de esta época, alterna su residencia entre México, Cartagena de Indias, La Habana y París. En 1982 recibe el Premio Nobel de Literatura y más adelante escribe El amor en los tiempos del cólera (1985), El general en su laberinto (1989) y Doce cuentos peregrinos (1992). En ese tiempo participa también en la fundación de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños (Cuba), donde dirige anualmente un taller de guión.
Tras obras como Del amor y otros demonios (1994) y Noticia de un secuestro (1996) publica en 2002 Vivir para contarla, donde narra aspectos biográficos de su infancia y juventud. Sus últimas obras publicadas son Memoria de mis putas tristes (2004) y Yo no vengo a decir un discurso (2010).
‘Gabo’ murió en México el 17 de abril de 2014. Sus herederos depositaron el 24 de febrero de 2015 en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un legado del escritor in memoriam.
El pasado 6 de marzo, se publicó su obra póstuma: «En agosto nos vemos’, para conmemorar su natalicio y aprovechar la conmemoración de los 10 años de su fallecimiento.
Esta obra póstuma consta de 150 páginas y seis capítulos que relatan la historia de Ana Magdalena Bach, una mujer que en cada mes de agosto viaja a una isla del Caribe donde descansan los restos de su madre. Y precisamente, esos viajes son la oportunidad para que ella goce de sí misma durante solo un día al año, para convertirse en una persona diferente.