Los jóvenes lo hacen, de manera voluntaria y con acompañamiento psicológico, para conocer que delinquir no paga, como se llama el programa.
Los estudiantes de la institución educativa Leonidas Rubio de Ibagué, de los grados décimo y undécimo, fueron los primeros en asistir a la llamada terapia de choque, ‘Delinquir no paga’, la cual es el programa que adelanta el Coiba de Picaleña y que se sumó la Administración Municipal de Ibagué.
“Se ha vinculado para llevar estudiantes del décimo y once grado, hombres y mujeres al Coiba de Picaleña para que vivan en carne propia, lo que es estar privado de la libertad. Los llevamos en compañía del psicólogo o psicóloga de la institución educativa Van acompañados de funcionarios del Inpec obviamente, y de la Policía de Infancia y Adolescencia. Hay acompañamiento todo el tiempo”, explicó el secretario de Gobierno municipal, Edward Amaya.
Precisó el funcionario que este programa lo tiene el Inpec y le propuso al director que les permitiera participar, porque es exitoso. Además, está seguro que este programa salva vidas, pues los jóvenes se alejarían de dejarse tentar por el dinero fácil y la delincuencia.
“Ya iniciamos, comenzamos el martes anterior, de esta semana, con treinta jóvenes del grado once del Colegio Leonidas Rubio. Es una experiencia que les cambia la vida. Es una experiencia que estoy seguro va a impedir que muchos niños y niñas cuando, ¿Por qué escogemos niños de once y de décimo y once? Porque son los que están a punto de salir al mundo real, a la vida de verdad, ¿Sí? De salir de la burbuja en la que a veces ellos piden y entonces se van a romper con cosas muy difíciles y si ellos no conocen esa realidad, pues, es posible que puedan caer en las garras de la delincuencia”, dijo Amaya.
Indicó además el Secretario de Gobierno que, “es una experiencia difícil, es una experiencia enriquecedora. Los niños van acompañados de la policía de infancia y adolescencia, tienen un permiso consentido, un consentimiento de sus padres, van acompañados obviamente de funcionarios del Inpec y también del psicólogo o la psicóloga de la institución educativa. Ingresan a las 7:00 de la mañana a la cárcel de Picaleña y salen a las 12:00 del día”.
Añade que el niño que entra en la mañana, no es el mismo que sale al mediodía, “porque tienen un encuentro, un choque con una realidad que ellos, pues, jamás habían visto”
La experiencia que viven los jóvenes que ingresan en la cárcel, lo harán de manera voluntaria, con permiso de sus progenitores y enfatiza el Secretario, con acompañamiento de psicólogos.
“Allí, además de las charlas que se les dan, se los ingresa a las celdas, hablan con algunos de los reclusos de menor peligrosidad. Y ellos les explican lo que significa delinquir y cómo podrían terminar su vida ellos si van por ese camino. Ahora, este es un programa voluntario. Ningún padre de familia que no quiera que su niño, niña, joven asista al programa, no está obligado tampoco si el muchacho no quiere, no tiene que participar. Es absolutamente voluntario, de hecho requerimos el permiso de los padres de familia”, aseguró Amaya.
Por último, indicó que, en dos semanas aproximadamente, la Alcaldesa Johana Aranda, sostendrá un encuentro con estos jóvenes para conocer cómo les fue con estas visitas.