El defensor de la comunidad yukpa, Eduard Álvarez, ha denunciado un posible crimen tras la muerte de cinco menores de edad en Codazzi. Según sus declaraciones, los niños habrían sido forzados a consumir algo que provocó su fallecimiento, descartando la posibilidad de un accidente.
Álvarez describió la escena como «muy dolorosa», explicando que tres niños fueron hallados sin vida en el lugar y dos más llegaron al hospital con vida, pero fallecieron poco después. Destacó que el hecho ocurrió fuera del resguardo Iroka debido a la falta de tierras para la comunidad yukpa, lo que ha generado conflictos con la Agencia Nacional de Tierras.
En sus declaraciones públicas, el defensor enfatizó que Cristina, una de las víctimas de 15 años, presentaba una herida en el cráneo y sus vestimentas estaban rasgadas, descartando la versión de que los niños consumieron corozo. Álvarez subrayó que los niños son cazadores y recolectores con conocimiento de qué comer, insinuando que fueron obligados a consumir algo que les provocó la muerte.
La comunidad yukpa ha exigido que se realice una necropsia a los niños para determinar la causa exacta de su fallecimiento y han solicitado a la Fiscalía que no haya impunidad en este caso, recordando un incidente similar en 2018 cuando dos niños yukpas fueron envenenados con glifosato.
El llamado a la justicia y la búsqueda de respuestas marcan el sufrimiento de la comunidad yukpa ante la tragedia que ha cobrado la vida de cinco de sus menores, mientras que las autoridades investigan los detalles de este suceso que ha conmocionado a Codazzi y ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de las comunidades indígenas en Colombia.