La vida de la pequeña Amelie Paredes Sotelo, de tan solo 3 años, dio un giro trágico a finales del año pasado cuando sufrió un grave atragantamiento con una gomita de la marca Candy Land Gummy Dot, producida por la compañía Hasbro. A pesar de los esfuerzos de sus padres por sacarle la golosina de la garganta, Amelie quedó con secuelas permanentes que la han dejado tetrapléjica y con daño cerebral.
El accidente ocurrió en la localidad estadounidense de La Quinta, en California, donde la niña reside con su familia. Los médicos enfrentaron dificultades para desbloquear su vía respiratoria debido a la excesiva pegajosidad y falta de flexibilidad del producto, lo que resultó en una prolongada falta de oxígeno que causó graves daños neurológicos a la pequeña.
Según informó Telemundo, Amelie ahora vive con daño cerebral permanente y necesitará una sonda de alimentación para el resto de su vida. La situación ha llevado a sus padres a emprender acciones legales contra el fabricante de las golosinas, alegando falta de advertencias en el empaque que hubieran prevenido este trágico incidente.
El abogado de la familia, Thomas Bosworth, declaró: «Buscaremos justicia para esta niña inocente que alguna vez fue una niña vibrante y próspera, pero que ahora está permanentemente discapacitada, incapaz de hablar, tragar y moverse, por el resto de su vida». La demanda incluye cargos por responsabilidad por productos defectuosos, falta de advertencia, negligencia, imposición negligente de angustia emocional y otros, con el objetivo de retirar el producto del mercado.
Este caso ha generado preocupación entre los consumidores y ha puesto de manifiesto la importancia de la seguridad en los productos destinados al consumo infantil. La familia de Amelie espera que su demanda no solo brinde justicia para su hija, sino que también contribuya a prevenir futuros accidentes similares.