Tras la decisión de Panam Sports de retirarle a Barranquilla la sede de los Juegos Panamericanos 2027 debido al incumplimiento financiero del gobierno colombiano, han surgido especulaciones sobre la nueva ciudad anfitriona. Aunque no ha habido un anuncio oficial, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, ha sugerido que Monterrey y su área metropolitana podrían ser la nueva sede del prestigioso evento deportivo.
La controversia se originó por acusaciones de falta de pago de los derechos de organización por parte del gobierno colombiano, lo que llevó a la retirada de los juegos de Barranquilla. La exministra de Deporte, María Isabel Urrutia, ha revelado que los fondos estaban disponibles pero fueron redirigidos por el presidente Gustavo Petro para otros fines, citando específicamente el conflicto armado del país como una prioridad para los recursos asignados.
La revelación de Urrutia ha generado debates sobre el proceso de toma de decisiones, con críticas cuestionando la elección unilateral de Petro de retener los pagos, privando efectivamente a Barranquilla de la oportunidad de ser la sede de los juegos. La ciudad ya había comenzado los preparativos para el evento, lo que hace que la pérdida sea particularmente decepcionante para sus residentes y aficionados al deporte.
Mientras se desarrollan las discusiones sobre el papel potencial de Monterrey como nueva sede, la controversia en torno a la reasignación de los fondos destinados a los Juegos Panamericanos sigue alimentando el discurso público, planteando preguntas sobre las prioridades del gobierno y su impacto en las aspiraciones deportivas de Colombia.