El debate sobre la posibilidad de negociar el salario mínimo en Colombia cada cinco años ha sido planteado por el Gobierno Nacional, generando preocupación y discusiones en el panorama económico y laboral del país.
En el foro «Perspectivas económicas 2024», Gustavo Junca, asesor del Consejo Superior de Comercio Exterior, presentó la propuesta de extender el período de negociación del salario mínimo. Este modelo, ya implementado en naciones como Alemania, busca brindar estabilidad y previsibilidad a los empresarios en relación con los costos laborales, permitiéndoles planificar sus presupuestos a mediano plazo.
Sin embargo, la viabilidad de esta propuesta ha desatado un intenso debate entre los representantes del sector empresarial y los sindicatos. La ley colombiana establece que las negociaciones anuales sobre el salario mínimo se llevan a cabo en la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, compuesta por representantes del Gobierno, trabajadores y voceros de los gremios.
El proceso de incremento del salario mínimo para el próximo año está programado para definirse a partir del 28 de noviembre de 2023. Según la ley, existen dos fechas límite para anunciar un consenso sobre el aumento: el 15 de diciembre de 2023 y, a más tardar, el 30 de diciembre del mismo año. En caso de no alcanzar un acuerdo entre las partes, el Gobierno fijará el incremento a través de un decreto.
La propuesta de extender el período de negociación a cinco años ha generado reacciones encontradas. Jaime Cabal, presidente de Fenalco, destacó que, según la Constitución, la Comisión de Concertación laboral debe negociar el salario mínimo anualmente en función de la inflación y los índices de productividad. Aunque reconoció la importancia de estudiar la propuesta en el futuro, resaltó que algunos sectores, especialmente los trabajadores y las centrales obreras, podrían oponerse debido a la incertidumbre que implica basar el salario en proyecciones a largo plazo.
El debate sigue abierto y la discusión en torno a la posible modificación del período de negociación del salario mínimo se intensifica, con diferentes actores expresando sus opiniones y preocupaciones sobre los posibles impactos de esta medida en el sector laboral y económico del país.