En medio de la agitación política que envuelve la segunda vuelta electoral en Argentina, el presidente colombiano, Gustavo Petro, ha generado controversia al expresar abiertamente su preferencia por uno de los candidatos en disputa, desatando críticas y cuestionamientos desde diversos sectores en su país.
Con la contienda presidencial en Argentina alcanzando niveles de máxima tensión entre Sergio Massa y Javier Milei, Petro no dudó en utilizar sus redes sociales, particularmente su cuenta en X (anteriormente Twitter), para emitir su opinión sobre por quién deberían votar los ciudadanos argentinos.
En su mensaje, el mandatario colombiano respaldó a Sergio Massa como la opción que, según él, podría «abrir un camino de esperanza» para el pueblo argentino. Sin embargo, no se detuvo ahí y caracterizó al candidato Milei como un retorno a figuras históricas como «Pinochet y Videla».
«En Argentina se decide no solo el futuro de su pueblo sino la esperanza de América. Esperanza o barbarie deciden los argentinos. Un Milei que nos regresa a Pinochet y Videla o un Massa que puede abrir caminos de esperanza. No tengan dudas. Nunca hay que votar por la barbarie y siempre hay que votar por la esperanza», expresó Petro.
Estas declaraciones no pasaron desapercibidas en Colombia, donde el presidente recibió fuertes críticas por parte de diversos sectores de la sociedad. Muchos ciudadanos le reprocharon por inmiscuirse en las decisiones políticas de otro país y le instaron a enfocarse en los asuntos internos de Colombia, especialmente en un momento crítico para el país.
Además, Petro fue objeto de críticas por su elección de respaldar a Massa, un candidato con orientación progresista, en un momento en que Argentina enfrenta desafíos económicos, incluyendo la inflación, que algunos consideran como un factor determinante en las elecciones.
La polémica generada por las palabras de Gustavo Petro subraya la sensibilidad de los temas políticos y la complejidad de los vínculos entre líderes de distintas naciones, desatando un debate en torno a la conveniencia de que los líderes externos se pronuncien sobre los procesos electorales de otras naciones.