En 1945, un pollo llamado Mike desafió todas las expectativas al sobrevivir más de un año sin cabeza, convirtiéndose en un espectáculo que generó grandes ganancias para su dueño.
El 10 de septiembre de 1945, el agricultor Lloyd Olsen Zweedijk decidió sacrificar un pollo de corral para la cena. Sin embargo, el ave, de solo cinco meses y medio, sobrevivió al hachazo que debería haberlo matado. Milagrosamente, parte del tejido cerebral y las principales arterias, incluida la yugular, quedaron intactas, permitiendo que el pollo, conocido como Mike, continuara vivo.
Sorprendido por la resistencia del animal, Olsen comenzó a cuidar de Mike, alimentándolo con una jeringuilla y exhibiéndolo al público. La curiosidad por ver al pollo sin cabeza atrajo a multitudes, lo que llevó a Olsen a cobrar una entrada. En pocos meses, los ingresos ascendieron a 4,500 dólares mensuales, lo que equivale a más de 50,000 dólares hoy en día.
El insólito viaje de Mike terminó en marzo de 1947, cuando murió durante una estancia en otra localidad. A pesar de su fallecimiento, Mike estableció un récord mundial como el animal que más tiempo sobrevivió sin cabeza, dejando un legado que intentaron replicar sin éxito otros granjeros.