El debate de control político a esta empresa tolimense dejó como principal conclusión la conformación de una estrategia para confrontar las nuevas condiciones del mercado establecidas por las altas cortes en el país.
La Asamblea del Tolima realizó este martes un debate de control político a la Fábrica de Licores del Tolima (FLT), con el fin de revisar su situación financiera, operativa y comercial ante el nuevo escenario de competencia abierta derivado del reciente fallo de la Corte Constitucional, que permite el ingreso de aguardientes de otros departamentos al mercado local.
El debate fue citado por el diputado Juan Guillermo Beltrán, quien presentó un análisis detallado del estado actual de la empresa, al que denominó “lo bueno, lo malo y lo feo”.
Entre los aspectos positivos, Beltrán destacó que la fábrica ha logrado una recuperación financiera importante, con una mejora en el manejo del presupuesto para publicidad, degustaciones e insumos, en comparación con la administración anterior. Sin embargo, advirtió que esa mejoría es insuficiente frente a los desafíos del mercado actual.
“Lo malo es que falta agresividad comercial en otros departamentos, falta innovación y desarrollo de nuevos productos. Estamos perdiendo participación incluso en el Tolima”, dijo el diputado.
Pero fue enfático en señalar como “lo feo” el avance acelerado del Aguardiente Amarillo, que ya ha vendido 1.5 millones de botellas en el departamento y 92.000 en solo 40 días en Antioquia. “Si no se toman decisiones de fondo, en tres o cuatro años podríamos tener una fábrica muy reducida en ventas”, alertó.
Beltrán reconoció el compromiso de la gobernadora Adriana Magali Matiz con la fábrica, pero insistió en la necesidad de adoptar decisiones estructurales que fortalezcan la liquidez, la rentabilidad y el posicionamiento regional y nacional de la FLT.
Por su parte, el presidente de la Asamblea, Giovanny Molina, respaldó el ejercicio del control político y resaltó los logros alcanzados en 2024. “Cuando todo el mundo hablaba de cierre, los resultados muestran que las decisiones de la gobernadora Adriana Magali Matiz y de la gerente Victoria Castillo fueron acertadas”, afirmó.
Molina resaltó que la FLT duplicó sus ventas al pasar de 600.000 botellas en 2023 a 1.200.000 en 2024, lo que generó cerca de 10.000 millones de pesos en utilidades y restauró la confianza entre proveedores y clientes.
No obstante, también reconoció el riesgo que representa la entrada de nuevos competidores al mercado local, especialmente el aguardiente antioqueño, que concentra el 57% del mercado nacional y proyecta vender 72 millones de botellas en 2025.
“Estas amenazas pueden convertirse en oportunidades. Con estrategias de expansión, mejor capacidad de maquinaria y una campaña sólida de consumo de lo nuestro, podremos mantener vigente el Tapa Roja y explorar nuevos mercados”, concluyó.