En una jornada marcada por la movilización ciudadana en defensa de la reforma laboral, la Comisión Séptima del Senado decidió hundir el proyecto, a pesar de la presencia del ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, y otros altos funcionarios del Gobierno. La discusión comenzó a las 10:10 de la mañana en medio de un ambiente caldeado en los alrededores del Congreso, donde se registraron manifestaciones en apoyo a la iniciativa.
El debate se llevó a cabo en el marco del tercer debate del proyecto, donde un bloque mayoritario de ocho senadores, de un total de 14, se pronunció a favor del archivo de la reforma. A lo largo de casi cinco horas de discusión, se escucharon intervenciones de congresistas de distintas bancadas, destacando el senador Carlos Meisel del Centro Democrático y la senadora Isabel Zuleta del Pacto Histórico, quien criticó al Congreso por su «incapacidad» para legislar y defendió las protestas en las calles.
El ministro Sanguino, quien representó al Gobierno Petro en la discusión, defendió la reforma argumentando que busca establecer contratos a término indefinido como norma y mejorar las condiciones laborales, aunque su propuesta fue finalmente rechazada por la mayoría de la Comisión. A pesar de los esfuerzos del Gobierno, la reforma laboral naufragó en el Senado, dejando en evidencia las profundas divisiones políticas en torno a la temática laboral en el país.