El joven está en estado crítico en la Unidad de Quemados del Hospital Federico Lleras Acosta, a donde fue llevado luego de ser sacado con quemaduras de su celda.
Luego de conocerse sobre el interno de la Cárcel Coiba de Picaleña de Ibagué, Miguel Ángel González Celis, su familia se enteró de la situación por una persona que trabaja con una fundación y no por parte del personal del centro de reclusión.
Tatiana González, hermana del joven, de 23 años de edad, habló con La Voz del Pueblo y contó que Miguel Ángel sufrió quemaduras muy graves en su celda.
“Él está en un estado muy crítico. Está supermal. Lo pudimos ver. Pero en ese momento está en un estado de coma. Con los medicamentos que son muy fuertes y todo eso. No puede despertar. Las quemaduras son altísimas. Entonces estamos a la espera de que no se salve o no. Con un 80% de su cuerpo. Todo. Hasta el momento no nos han dicho la verdad. Solo simplemente que es un 80% del cuerpo”, contó Tatiana.
En cuanto a si su hermano tenía algún tipo de inconveniente en la cárcel, la hermana dijo: “Pues la verdad no, hasta el momento estamos escuchando que lo tuvieran amenazado. No sabemos que sea cierto, pero es que lo tenían muy amenazado a él”.
Recuerda que su hermano estaba contento porque estaba próximo a cumplir la condena. Le faltaban, según conoce la hermana, 25 días para poder salir de prisión, estaba feliz por eso y no creen que se haya hecho daño.
A las autoridades dentro de la cárcel, les dice: “Que, por favor, no sé, nos den una respuesta y que, por favor, sí nos ayuden. Bueno. También sobre mi hermano, que por favor no digan cosas que no son, no digan mis cosas sobre él, porque la verdad no es la realidad de lo que está pasando”.
Tatiana y su familia esperan que desde la cárcel les digan qué pasó con su hermano y siguen esperando respuestas, y claridad sobre lo sucedido.
Recordar que el joven, de 23 años de edad, estaba internado en el pabellón 20 del bloque de mediana seguridad de la estructura dos, donde se encontraba. Por medio de la junta de asignación de patios, fue enviado a los diferentes pabellones que hay dentro del establecimiento.
Según Alejandro Durán, del sindicato de guardias del Coiba de Picaleña, el privado de la libertad señalaba que no podía convivir en esos pabellones por su seguridad e integridad física, y estaba en el patio donde sí podía convivir.
La emergencia sucedió hacia la 1:00 de la madrugada, en la celda en la cual se encontraba pagando una condena de cinco años y seis meses, por los delitos de hurto calificado y agravado – uso de menores de edad en la comisión de delitos.