El incremento alarmante de casos de explotación sexual de menores en Colombia ha puesto en alerta a las autoridades. Pedófilos extranjeros, especialmente de Estados Unidos, están utilizando artimañas cada vez más sofisticadas para reclutar a menores de edad en ciudades como Medellín, Cartagena y Bogotá, según revela el director de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional.
En los últimos años, Colombia ha experimentado un preocupante aumento en los casos de explotación sexual de menores, con un total de 23 casos reportados, lo que representa un incremento de 12 casos en comparación con años anteriores. Medellín lidera la lista con nueve casos, seguida de Bolívar, Guaviare, Huila y Bogotá, con dos casos cada una.
Según el coronel Juan Pablo Cubides, director de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional, la explotación sexual infantil se ha extendido por toda Medellín, con redes de trata de personas operando detrás de este flagelo. Los pedófilos extranjeros, en su búsqueda de servicios sexuales, encuentran en la capital antioqueña un destino atractivo, especialmente en áreas como El Poblado y sus alrededores.
El modus operandi de estos delincuentes implica el reclutamiento de adolescentes para que aborden a menores de 14 años, ofreciéndoles dinero y otros incentivos. Estos individuos, en su mayoría hombres entre 35 y 50 años, generan confianza y aprovechan su estatus económico para atraer a los adolescentes.
Las autoridades han logrado un récord de capturas, con 350 abusadores detenidos en el primer trimestre y el rescate de más de 600 adolescentes. Sin embargo, el problema persiste, con proxenetas que utilizan redes sociales para facilitar el delito y ofrecer a las víctimas a cambio de beneficios económicos.
Los operativos policiales en Medellín han revelado la presencia de estupefacientes, licor, computadoras y teléfonos celulares en las habitaciones de los pedófilos, proporcionando pruebas cruciales para identificar a más delincuentes y cómplices.
La lucha contra la explotación sexual de menores es una prioridad para las autoridades colombianas, que trabajan incansablemente para combatir este fenómeno criminal y proteger a los niños y adolescentes vulnerables. Sin embargo, se requiere una acción coordinada a nivel nacional e internacional para enfrentar con éxito esta grave violación de los derechos humanos.