El alcaloide venía camuflado en una caja de un computador portátil y estaba en una empresa de encomiendas en el barrio El Salado.
Jeffry, el canino del grupo de carabineros, que se destaca al encontrar estupefacientes, junto a su guía, llegó a una zona de descarga en el barrio El Salado, donde comenzaron a revisar minuciosamente los elementos de una de las bodegas.
Después de unos minutos, el canino se centró en un paquete específico: una caja de un computador portátil. Jeffry olfateaba intensamente y finalmente se sentó, indicando así que había detectado algo sospechoso. Su compañero decidió inspeccionar la caja y al abrirla encontraron tres paquetes rectangulares envueltos en cinta negra, que resultaron ser 2.7 kilos (2.700 gramos) de base de cocaína.
La encomienda habría sido enviada desde el municipio de Garzón, en el Huila, con destino a Ibagué.
La Coronel Sandra Liliana Rodríguez Castro comentó al respecto: «Estos resultados son el fruto de nuestros planes de control en puntos estratégicos de la ciudad. Agradecemos y valoramos el trabajo de nuestros guías y caninos, quienes han evitado que estos 2.7 kilos de droga lleguen a las calles de la ciudad”.