En una rueda de prensa impactante, altos mandos militares israelíes admitieron que, en la actual ofensiva militar en Gaza, la proporción de víctimas civiles es de dos por cada terrorista de Hamás dado de baja. Según los responsables de la operación, esta proporción elevada se atribuye al uso de escudos humanos por parte del movimiento islamista, calificándolo como parte de la «estrategia básica» adoptada por Hamás.
“No digo que sea bueno que tengamos una proporción de dos a uno”, declaró uno de los responsables de la ofensiva militar. “Esperemos que [la proporción] sea mucho menor” en la próxima fase de la guerra, añadió, reflejando la preocupación por las crecientes críticas y la indignación internacional ante la cantidad de víctimas civiles en Gaza.
Según el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, desde el 7 de octubre, fecha del inicio de la más fuerte avanzada terrorista en territorio israelí en los últimos años, al menos 15,899 personas han perdido la vida debido a los bombardeos de represalia. Con el aumento de las víctimas y la crisis humanitaria en Gaza, la situación ha provocado una ola de indignación a nivel mundial.
Aunque se preguntó a los responsables militares sobre los informes que indicaban que alrededor de 5,000 combatientes de Hamás habían muerto, la respuesta fue que las cifras eran “más o menos correctas”. Esto sugiere que las víctimas civiles podrían rondar las 10,000, una cifra alarmante que ha llevado a Estados Unidos, principal aliado de Israel, a pedir un aumento de esfuerzos para evitar más pérdidas civiles.
En respuesta a estas preocupaciones, el ejército israelí está desplegando un programa de mapeo de alta tecnología con el objetivo de reducir las pérdidas civiles. Este sistema utiliza señales de telefonía móvil, vigilancia aérea e inteligencia artificial para crear un mapa detallado que muestra las concentraciones de población en todo el territorio. Sin embargo, la utilidad de esta herramienta ha sido cuestionada por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), especialmente en una zona donde el acceso a las telecomunicaciones y la electricidad es esporádico. La comunidad internacional sigue de cerca la evolución de la situación, instando a Israel a tomar medidas para evitar un mayor deterioro de la crisis humanitaria en Gaza.