Más de 2.000 familias en el departamento de Chocó se encuentran en una situación crítica, sin acceso a alimentos, después de que el paro armado liderado por el Eln generara desabastecimiento en la región. La Iglesia católica ha respondido con ayuda humanitaria, pero se requiere una respuesta urgente para aliviar el sufrimiento de las comunidades afectadas.
El informe de la comisión de las Naciones Unidas revela que 2.147 familias se encuentran en alto riesgo alimentario debido a la imposibilidad de acceder a alimentos durante el paro armado de la guerrilla. Además, otras 9.000 familias resultaron afectadas por los actos de violencia que acompañaron este evento.
La Iglesia católica, a través del monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Quibdó, anunció el envío de 200 mercados a las comunidades más afectadas en Doidó, Puerto Murillo, Noanamá y Negría. «A través de este gesto, queremos que muchos se nos sumen», expresó el obispo a Noticias Caracol, subrayando la importancia de la solidaridad en momentos de crisis.
En medio de la emergencia, la Iglesia hizo un llamado a todos los grupos armados ilegales en Colombia para que muestren una verdadera voluntad de paz y cesen de afectar a los habitantes de las zonas rurales.
Alias ‘Yerson’, cabecilla del Frente Che Guevara del Eln, anunció el levantamiento del paro armado a partir del lunes a las 6 de la mañana. Sin embargo, las consecuencias persisten, con más de 1.400 familias desplazadas, según cifras de la Defensoría del Pueblo. La Defensoría también denunció que el paro armado se utilizó como estrategia para movilizar dinero de actividades ilícitas y sacar drogas de la zona.
Las autoridades locales y organismos internacionales están llamando a una respuesta inmediata para abordar la crisis humanitaria en Chocó y garantizar la seguridad y el bienestar de las comunidades afectadas.