La discusión de la reforma tributaria del Gobierno volvió a quedar en punto muerto este miércoles, luego de que se deshiciera el cuórum durante la votación en las comisiones económicas conjuntas de Senado y Cámara, lo que obligó a levantar la sesión. La iniciativa, que para muchos ya está prácticamente hundida, deberá retomarse el próximo martes 9 de diciembre.
El debate estuvo marcado por fuertes tensiones e intercambios de insultos entre el ministro de Hacienda, Germán Ávila, y varios congresistas. Aunque dos de las cuatro comisiones votaron a favor del archivo del proyecto, el presidente de la sesión, Wilmer Castellanos, decidió continuar con la ponencia positiva del Gobierno, lo que generó inconformidad entre gran parte de los parlamentarios.
Durante la jornada, opositores aseguraron que existen maniobras para mantener viva la reforma con el fin de darle tiempo al Gobierno de convencer a congresistas indecisos. La discusión también se tensó luego de que el ministro Ávila mencionara la posibilidad de revivir la no deducibilidad de las regalías, un punto que ya había sido tumbado por la Corte Constitucional.
Cuando se inició el llamado a lista para una nueva votación, surgió confusión y se evidenció la falta de cuórum, obligando a suspender la sesión. La congresista Olga Lucía Velásquez intentó salvar el proyecto proponiendo rescatar únicamente el capítulo IV de la ley de financiamiento, pero su planteamiento desató nuevas polémicas.
La reforma tributaria se mantiene en un limbo legislativo: no avanza ni se hunde, a pocos días de que finalice el calendario del Congreso. La incertidumbre persiste sobre el futuro del proyecto que el Gobierno insiste en defender como clave para la estabilidad fiscal y la financiación de programas sociales.











