En medio de la Semana Santa, el Sábado Santo tiene un significado importante, ya que representa la preparación previo a la Pascua.
El Sábado Santo es el segundo día del Triduo Pascual y se sitúa entre la Pasión del Viernes Santo y la alegría de la Resurrección en la Vigilia Pascual. Es un día de profundo silencio, marcado por la ausencia de celebraciones eucarísticas, en el que la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte, y esperando en oración la victoria definitiva de Cristo sobre la muerte.
Durante este día no se celebra la Misa ni se administra la Eucaristía, salvo como Viático. El altar permanece desnudo, y el ambiente litúrgico es de luto y espera. Sin embargo, ya se vislumbra la esperanza: Cristo ha muerto, pero no para ser vencido, sino para vencer al pecado y a la muerte.
¿Por qué se celebra?
El Sábado Santo tiene un profundo significado teológico y espiritual. Es el día en que Cristo, después de morir en la cruz, desciende al «lugar de los muertos» —el «sheol» o «infierno» entendido como el lugar donde esperaban los justos— para anunciar la salvación a quienes le precedieron. Este misterio, conocido como el «descenso al infierno», está contenido en el Credo: «descendió a los infiernos».
La Iglesia celebra este día como un tiempo de espera confiada. María, la madre de Jesús, se convierte en modelo de fe y esperanza: aunque su Hijo ha muerto, ella mantiene viva la esperanza de la promesa. El Sábado Santo es también, por tanto, un día profundamente mariano.
Que se hace en Sábado Santo:
“Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su Pasión y Muerte y esperando en oración su Resurrección”, detallan.
No se celebra la Eucaristía, tampoco se distribuye la comunión y es un día bastante silencioso. En Colombia se realiza la procesión de la Soledad, en el día, y la Vigilia Pascua, en la noche, en la que se hace la bendición del fuego y la procesión con un cirio pascual en el interior de los templos.