En medio de una temporada de menor precipitación pluvial, el Tolima se destaca como un ejemplo de adaptación en la producción energética de Colombia en la región andina.
Mientras el país depende en gran medida de recursos hídricos para su generación de energía, el Tolima ha abrazado con éxito fuentes de energía renovable, especialmente la energía fotovoltaica, como una alternativa valiosa para preservar el recurso hídrico y garantizar un suministro energético confiable.
Cortolima, la Corporación Autónoma Regional del Tolima, ha otorgado licencias para cuatro proyectos fotovoltaicos en la región. Actualmente, dos de estos proyectos ya se encuentran en operación y contribuyen con aproximadamente 40 megavatios a la Red Nacional Energética, fortaleciendo así la seguridad energética de todo el país.
Jorge Bonilla, ingeniero de la Corporación, señaló la importancia de esta transición: «Estos proyectos fotovoltaicos demuestran que el Tolima puede diversificar sus fuentes de energía y reducir su dependencia del agua».
El compromiso del gobierno se refleja en políticas implementadas desde el año 2015, que promueven activamente el desarrollo de energías renovables. El hecho de que el Tolima goce de una de las mejores irradiaciones solares del país ha atraído inversiones y convertido a la región en un lugar atractivo para proyectos fotovoltaicos.
Al observar el registro en la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), se evidencia una capacidad instalada en el departamento que garantiza a los tolimenses un suministro energético seguro a corto y mediano plazo, incluso en el contexto del cambio climático.
Esta transición hacia la energía fotovoltaica no solo es ambientalmente responsable, sino que también brinda estabilidad energética para una variedad de usos en el Tolima, allanando el camino hacia un futuro más sostenible y resiliente.