El hombre fue uno de los primeros en llegar a la desolada Armero e ingresaron al Hospital San Lorenzo, donde encontraron a bebés, madres, enfermeras y médicos en el lugar tratando de sobrevivir.
Casi 39 años después de la devastadora tragedia de Armero, Raúl Chaves, exsocorrista de la Defensa Civil, contó a La Voz del Pueblo su experiencia durante los días críticos del desastre. El hombre compartió detalles sobre su llegada al Hospital San Lorenzo, donde fue uno de los primeros en rescatar a bebés y personal médico atrapado entre los escombros y el lodo.
El 13 de noviembre de 1985, Chaves y su equipo, al mando de Leopoldo Guevara, llegaron al lugar de la tragedia a primera hora de la mañana. “Los primeros que llegamos a Armero a la entrada del puente. Vimos que la tragedia fue demasiada, que no pensábamos que eso era así, pero se pudo sacar la mayor parte de gente que estaba atrapada sobre el lodo, e hicimos una labor de esfuerzo para llegar al hospital San Lorenzo”.
Contó que para llegar al primer piso, con los postes de la luz, “bregando subimos al segundo piso, y bajar al primero por las escaleras había muchos neonatos, alrededor de unos 15 o 20 que pudimos sacar con los médicos y la enfermera al segundo piso, y luego hacia la azotea para poder evacuar cuando se pidió al organismo el helicóptero para poder evacuarlos de manera inmediata, eso fue sobre las 10:00 de la mañana”.
Recordó Chaves que habían llegado sobre las 6:45 de la mañana y sobre las 10:00 de la mañana iniciaron el proceso de evacuación de los bebés, el personal médico y paramédico que estaba en el Hospital.
Chaves también recordó las difíciles condiciones en las que trabajaron, destacando que muchos bebés fueron encontrados solos y otros con sus madres. Algunas personas habían ayudado en la evacuación del personal hacia el segundo piso de la edificación que estaba más libre de lodo y luego a la azotea, y decidieron hacer un registro rápido.
“Se encontró unos bebés todavía en cuna, pero se pudieron sacar porque la gente se estresó de tanto, de tanto sufrir en la noche de esa tragedia, pero afortunadamente se sacó bastante personal entre esos enfermos hacia la azotea, ya fue evacuado mucho personal de ahí a la azotea y quedamos ahí alrededor sacando pocos enfermos, ya que quedaban y personal que cae en el área”, precisó Chaves.
Enfatizó el hombre: “Nosotros nos quedamos después seis días más haciendo registro y sacando enfermos, sacando víctimas de ahí sobre las casas, el helicóptero, lo sacábamos. Duramos seis días un poco. Con sed, con hambre, pero fue arduo el trabajo, pero satisfactorio, como nos decían, el valor de nosotros agregado es salvar vidas”.
Señaló que dos años después de la tragedia se encontró en Venadillo, donde se fundó el barrio Armero, con una de las mamás y su hija rescatada, quien le agradeció el trabajo, no solo de él, sino de todos los socorristas como: “Eduardo Ballén, Héctor Ávila Mora, Jesid Ávila, Óscar Castillo y otros que no me acuerdo en el momento, que fueron parte fundamental de nosotros, al entrar allá y estuvimos con ellos hasta los días”.
Precisó que permanecieron cerca de 10 días en el destruido Armero, debido a la bacteria de la gangrena gaseosa que se activó, debido al flujo piroclástico, los cuerpos en descomposición, el lodo, el agua y todo lo que había en el lugar.
Tras dejar la Defensa Civil, se convirtió en enfermero profesional y ahora enseña prácticas de socorro en Cartagena, asegurándose de que las futuras generaciones estén mejor preparadas.
Chaves concluyó: «Los socorristas arriesgan sus vidas, a menudo olvidados en la memoria colectiva. Lo más importante es nuestro compromiso de servir a la humanidad».