El sacerdote colombiano padre Chucho, junto con otro cura y su conductor, vivió momentos de terror la noche del 28 de octubre en la carretera que conecta Guayaquil con Quevedo, Ecuador, cuando fueron interceptados por delincuentes que les dispararon mientras viajaban en su camioneta.
Según relató el padre Chucho, los atacantes, que se movilizaban en una camioneta de platón, cerraron su vehículo y comenzaron a disparar. “Seis personas bajaron disparándonos y Dios nos ayudó. Yo creo en Dios, pero hoy veo que hay una coraza… era como una coraza de hierro, porque yo veía las balas de frente y no nos impactó ninguna”, comentó el sacerdote.
El conductor, Ricardo Muñoz, reaccionó con rapidez, logrando escapar y regresar hasta un peaje cercano para alertar a las autoridades. Los delincuentes los persiguieron por varios minutos, pero finalmente pudieron huir ilesos. El padre Julio Villacrés, que también se encontraba en la camioneta, agradeció a Dios por la protección durante el ataque.
Preliminarmente, las autoridades consideran que se trató de un intento de atraco, aunque la investigación continúa. Se reporta que los atacantes también habrían disparado contra otros vehículos que circulaban por la misma vía.
El incidente ha causado gran conmoción en Colombia y Ecuador, especialmente por la notoriedad del padre Chucho y la magnitud del ataque, y reabre el debate sobre la seguridad de los sacerdotes y la violencia en carreteras de la región.











