La tensión estalló en pleno corazón de la ciudad: un grupo de conductores de busetas decidió encadenarse frente al palacio municipal, exigiendo respuestas urgentes de la alcaldesa Johana Aranda y denunciando que el Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP) no es más que un elefante burocrático, lleno de contratos millonarios que no se traducen en mejoras visibles para los usuarios ni para quienes manejan el transporte público.
Con gesto de rabia y desesperanza, los conductores acusan al SETP de haberse “tragado más de 3.000 millones de pesos en burocracia y contratos dudosos”, sin que se haya visto avance real alguno en rutas, vehículos, estado de vías, semaforización o soluciones para el transporte de quienes dependen del servicio a diario.
“Se prometió modernización del parque automotor, cambio de buses, inversión en vías… ¿y dónde están esas obras? Solo vemos acuerdos incumplidos y contratos que terminan en el aire” denuncian los manifestantes. Aunque Aquileo Medina renunció recientemente al cargo de gerente del SETP, los conductores encadenados no le perdonan la gestión: lo señalan por corrupción, burocratismo y falta de acciones concretas. “¿Cuál fue su legado?”, se preguntan. “Contratitis” y “papelología” son algunas de las palabras duras que usan para describir lo que, según ellos, no hizo en sus años al mando.
Mandataria bajo presión
Frente al plantón, la alcaldesa Johana Aranda guarda silencio. Los conductores indican que han intentado sin éxito conversaciones reales, y que los compromisos plasmados en actas de reuniones siguen siendo promesas vacías. Exigen que la mandataria deje de responder con comunicados y dé la cara con hechos: inversión en las vías, renovación de la flota, cumplimiento de acuerdos y un SETP operando como debe, no como elefante burocrático.
Ibagué en jaque: transporte en el ojo del huracán
Los bloqueos, gritos y cadenas no son solo para llamar la atención, sino también para marcar un precedente. En este caso, la pregunta que se plantean los ciudadanos es la realización de un nuevo paro de busetas, ya que esto afecta la movilidad, el tráfico se paraliza y el caos se respira en la calle. El malestar social sube de tono, y la paciencia parece agotarse. Los conductores advierten que, de no haber respuestas inmediatas, subirán el tono del reclamo, posiblemente con paros masivos o cierres de vías en las próximas horas.










