Los campesinos lo saben, algunos comerciantes lo comentan, entre distintos sectores de la sociedad es Vox Populi… integrantes de las disidencias están camuflados entre la población haciéndose pasar por misioneros que van de puerta en puerta anunciando la palabra de Dios, pero lejos están en querer salvar almas, su objetivo por el contrario es muy terrenal y busca recaudar información que les permita avanzar en sus acciones terroristas.
La táctica busca evadir la acción de las autoridades. Nadie dudaría de una persona que, armada de una Biblia, recorre libremente las calles de las polvorientas poblaciones del sur, tanto en su área urbana como rural. Con esta especie de camuflaje, pueden acceder sin mayores preocupaciones a cada rincón del municipio, recaudar toda la información requerida, entrar en tiendas, supermercados, hospitales y hasta en los mismos hogares.
Información entregada al periodismo de La Voz del Pueblo indica que esa táctica está siendo utilizada en un municipio del sur del Tolima. Ya varios de sus habitantes tienen perfectamente identificados a los disidentes, saben perfectamente que no hacen parte de ninguna iglesia, Sinembargo, temen dar parte a las autoridades por temor a ser expuestos lo que pondría en peligro sus vidas. Años de violencia les permitió crear una especie de sexto sentido o espíritu de supervivencia.
La estratagema de la guerrilla ha dado resultado hasta ahora. Ninguno de los supuestos ‘apóstoles’ o ‘misioneros’ ha sido siquiera interrogado por las autoridades. Su ‘modus operandi’ es sencillo, llegan el fin de semana y comienzan un recorrido por todo el municipio.
“Seguramente, de manera previa se han dividido el trabajo”, asegura un comerciante, quien ruega no ser identificado pues su vida y la de su familia se pondrían en riesgo.
“Entre la población hay mucho miedo. En los últimos dos años se ha visto un crecimiento de estos grupos, el problema es que antes eran fácilmente identificables, ahora uno no sabe quién es quien”, dice otro comerciante que accedió a regañadientes a comentar algo de lo que están viviendo, no sin antes pedir que los celulares, cámaras o cualquiera tipo de aparato de comunicación fuera apagado en su presencia.
El próximo viernes en Ibagué estará el presidente Gustavo Petro. Seguramente hablará de Palestina, de Israel, de la Franja de Gaza, de Estados Unidos, de su visa, de su doble nacionalidad colombiana y europea, de Trump, de Netanyahu, de Venezuela, de Cuba, pero nada de eso calmará o solucionará el temor que hoy sienten quienes conocen de la nueva estrategia de los terroristas para camuflarse entre la población, cuyos fines todos nos imaginamos.











