En las últimas horas se han revelan nuevos detalles sobre la liberación de Lyan Hortúa, el niño de 11 años que estuvo secuestrado durante casi 20 días en Jamundí. La familia del menor asegura que, debido a la falta de apoyo y avances por parte de las autoridades, tuvieron que negociar directamente con los captores para garantizar su regreso.
Según informó Sebastián Bonilla, tío de Lyan, la familia se vio en la difícil situación de pagar un rescate millonario para recuperar al menor. Aunque no se ha confirmado oficialmente el monto exacto por motivos de seguridad, el diario nacional, El Tiempo reportó que la cifra habría alcanzado aproximadamente 4 mil millones de pesos. Bonilla explicó que, ante la lentitud de la investigación y la falta de ayuda concreta, una prima lideró las negociaciones con los secuestradores, recibiendo incluso recomendaciones de algunos funcionarios estatales para considerar esa vía.
El relato familiar también revela que, durante los primeros tres días de cautiverio, Lyan estuvo esposado y amarrado, y fue sacado de su casa por un grupo de seis hombres armados, lo que incrementa la preocupación por su estado y bienestar. La familia expresó sentirse abandonada y sin respaldo en un momento tan crítico, situación que ha generado rechazo y preocupación en la comunidad.
Este caso vuelve a poner en evidencia las dificultades en la atención a secuestros en la región y la complejidad que enfrentan las familias cuando las instituciones no brindan la asistencia necesaria. La historia de Lyan continúa siendo un recordatorio de los riesgos que enfrentan los menores en zonas vulnerables y la importancia de fortalecer los mecanismos de protección y respuesta ante este tipo de delitos.