La reconocida cadena de restaurantes colombiana Frisby, famosa por su eslogan “Nadie lo hace como Frisby lo hace”, se encuentra en medio de una disputa legal internacional que podría tener profundas implicaciones para su expansión y protección de propiedad intelectual. La controversia surge a partir de la aparición de una empresa en Bilbao, España, que opera bajo el nombre “Frisby España”, con una identidad gráfica y personajes similares, incluyendo el famoso pollo con gorra roja que caracteriza a la marca.
La compañía colombiana, con más de 48 años en el mercado y sin registros ni operaciones en Europa, denunció que la empresa española inició actividades bajo esa marca sin autorización, utilizando cuentas en redes sociales como @frisby.es en Instagram y TikTok, además de un sitio web en España. Frisby Colombia aclaró que no ha autorizado ni iniciado ninguna expansión en Europa, y que su registro de marca en la Unión Europea data de 2005, pero sin uso efectivo en el continente.
Por su parte, Frisby España, con sede en Bilbao y representada por Jacqueline Guillemine Pérez Parcha y Gonzalo Barrenechea Correa, asegura que tiene los derechos sobre la marca en la UE, tras una decisión favorable en primera instancia de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO). La resolución favorece a la empresa española, argumentando que la marca de Frisby Colombia no ha sido utilizada en Europa en los últimos años, y que su registro es “abusivo” y obstaculiza la competencia.
Este escenario ha llevado a que expertos y analistas consideren la posibilidad de que se trate de un caso de “piratería marcaria”, donde terceros registran marcas con intención de presionar a las empresas originales para obtener beneficios económicos, en lo que se conoce como “registro de mala fe”. La estrategia, según algunos especialistas, busca obtener una posición de negociación ventajosa mediante acciones legales costosas y complejas.
Frisby Colombia ha manifestado que continuará defendiendo su propiedad intelectual y que tomará las acciones legales correspondientes ante la EUIPO y los tribunales españoles para anular el registro europeo, alegando que su marca goza de notoriedad y que el registro de Frisby en España fue realizado sin operaciones comerciales en Europa. Además, advierten sobre posibles reclamaciones por daños reputacionales y patrimoniales.
El conflicto refleja las dificultades que enfrentan las marcas internacionales al proteger su identidad en diferentes jurisdicciones, y pone en evidencia los riesgos de prácticas que podrían considerarse como maniobras de piratería marcaria. La resolución de este caso será determinante para definir si la compañía española podrá seguir operando bajo ese nombre en Europa o si la justicia respalda los derechos de Frisby Colombia, una marca que ha consolidado su presencia en el mercado latinoamericano durante más de cuatro décadas.