En sus primeras palabras, como representante de Pedro en la tierra, el pontífice envió un mensaje de unión y entendimiento al mundo entero.
La elección de Robert Francis Prevost Martínez, como sucesor del fallecido Papa Francisco, mantiene una tendencia a la descentralización del pontificado por cuarta ocasión.
Desde el fallecimiento del Papa Juan Pablo I, el Obispo de Roma ha estado representado en un religioso de nacionalidad distinta a la italiana, como lo es en este caso León XIV, estadounidense nacionalizado peruano.
En su primera aparición en público, el Vicario de Cristo, agradeció a su predecesor Francisco, habló de establecer puentes de diálogo y fraternidad, habló en español y saludó a su comunidad en Chiclayo.
A diferencia de él Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes fueron hombres entregados al servicio diocesano, pero al igual que su antecesor, el nuevo Santo Padre hace parte de los agustinos, siendo una de sus misiones principales velar por la fraternidad, el servicio a la comunidad, generar puentes de entendimiento entre las personas.
A sus 69 años de edad, Prevost matinés, es hijo de padres franco españoles, lo que, de entrada, para algunos expertos marca una postura contraria a las normas de inmigración del presidente norteamericano Donald Trump.
A diferencia de lo ocurrido en la noche del 13 de marzo de 2013, el Papa electo decidió usar todas aquellas prendas que en ese entonces el elegido de turno no uso.
Comienza una nueva era en la iglesia católica romana, con un nuevo representante, en medio de un panorama mundial bastante álgido por las confrontaciones mediáticas, económicas y bélicas que se presentan en varias regiones del mundo.