Los pupilos de Cristian Pellerano cayeron por la mínima diferencia y deben esperar otros resultados para seguir con vida en la competencia.
Atlético Nacional cruzó una vez más el Atlántico brasileño con la ilusión de cambiar su historia reciente en tierras sudamericanas, pero el desenlace fue el mismo: derrota. Esta vez, fue el Bahía quien le asestó un golpe certero al conjunto verdolaga, que si bien mostró tramos de buen fútbol, no tuvo la profundidad ni la contundencia para evitar el revés. El 1-0 final no solo lo aleja del liderato del grupo, sino que obliga a repensar todo el plan si quiere seguir soñando con los octavos de final.
Desde el pitazo inicial en el estadio Arena Fonte Nova, Nacional se plantó con personalidad. No se amilanó ante el ambiente ni ante el ímpetu del equipo local. El primer tiempo fue, incluso, de dominio verdolaga. La posesión del balón estuvo de su lado y controló los tiempos del partido. Sin embargo, ese control fue estéril. El balón se paseó de un lado a otro sin profundidad, sin filo, sin punzadas que inquietaron realmente al arco brasileño. Faltaba algo. O alguien.
Y es que la ausencia de Marino Hinestroza pesó más de lo esperado. Sin su chispa, sin su cambio de ritmo, sin su verticalidad, Nacional fue un equipo más predecible. Ni Dayron Asprilla ni Andrés Sarmiento lograron llenar ese vacío. Ambos lucharon, sí, pero la diferencia que marca el habilidoso extremo no apareció en sus reemplazantes.
El marcador no se movió más. Bahía se llevó el triunfo, el liderato del grupo con 7 puntos y dejó a Nacional en la cuerda floja con apenas 3 unidades. Internacional es segundo con 5 y cierra el grupo el Nacional uruguayo con 1 punto.
Nacional volvió a caer en Brasil, pero aún no está fuera. Aunque hoy le falta profundidad, certeza y hasta algo de suerte, lo que viene será una prueba de carácter. Porque cuando se toca fondo, solo queda mirar hacia arriba.
Ahora está obligado a ganar sus dos partidos como local en el Atanasio Girardot y a buscar una victoria en Montevideo frente al equipo charrúa. Solo así podrá soñar con los octavos de final. El reto inmediato será el próximo 8 de mayo ante Internacional, en casa, desde las 7:30 p.m., en un duelo que será, sin exagerar, una final anticipada para los de Pellerano.