En una decisión que promete repercusiones significativas en el comercio global, el expresidente Donald Trump ha impuesto nuevos aranceles a más de 50 naciones, desafiando las normas establecidas del intercambio comercial. Con un enfoque en el principio de reciprocidad, Trump ha declarado que cada vez que un país imponga tarifas elevadas a productos estadounidenses, Estados Unidos responderá con sanciones equivalentes.
Las naciones más impactadas incluyen a Vietnam, que enfrentará un arancel del 46 %, y a Camboya, que verá un incremento del 49 %. Por su parte, China, uno de los principales actores económicos del mundo, deberá lidiar con un arancel del 34 %. Otros países sudamericanos como Colombia, Perú, Chile, Argentina y Brasil tendrán que afrontar tarifas del 10 %.
Los aranceles se implementarán en dos fases: la primera comenzará el 5 de abril, afectando a todos los países con tarifas de al menos el 10 %, mientras que la segunda fase, que entrará en vigor el 9 de abril, se centrará en los países con las tarifas más altas, incluyendo a China, la Unión Europea, India y Japón.
La noticia ha suscitado reacciones encontradas. Mientras algunos sectores nacionalistas aplauden esta medida como un fortalecimiento del mercado interno, economistas y analistas advierten sobre el riesgo de una intensificación de las tensiones comerciales. La posibilidad de que otros países respondan con medidas similares podría alterar drásticamente el flujo internacional de mercancías y complicar aún más las relaciones económicas entre naciones.