En un trágico suceso que ha dejado más preguntas que respuestas, Zaida Andrea Sánchez Polanco, conocida como ‘La Diabla’, fue asesinada en un hotel de la ciudad por sicarios que le dispararon en repetidas ocasiones. Este hecho no solo ha conmocionado a la comunidad local, sino que también ha reavivado el interés en su vinculación con la masacre del pastor Marlon Lora y su familia, ocurrida en Aguachica, Cesar.
La mujer, que residía en Gamarra, Cesar, era madre de un niño de nueve años, quien al parecer se encontraba con ella en el momento del ataque. ‘La Diabla’ tenía un oscuro historial criminal, con conexiones a personajes de alto calibre, como Alexander González Pérez, alias ‘El Calvo’, un narcotraficante que fue asesinado poco antes de la masacre de la familia Lora. Su historial incluye antecedentes por homicidio y hurto, lo que la posiciona dentro de un entorno marcado por la violencia y el crimen.
El asesinato de la familia Lora, que ha sido objeto de diversas especulaciones, se entrelaza con la vida de Zaida, quien se encontraba en el mismo lugar donde ocurrió la tragedia. Algunas hipótesis sugieren que la confusión entre ‘La Diabla’ y la hija del pastor pudo haber sido el motivo del ataque. Sin embargo, Sánchez desmintió esta teoría en una entrevista, argumentando que no había similitudes físicas que justificaran tal confusión.
Este nuevo asesinato no solo añade una capa de complejidad a la investigación sobre la masacre del pastor Lora, sino que también refleja el alarmante panorama de violencia en Colombia, donde la vida de las personas se ve constantemente amenazada por la criminalidad. La muerte de ‘La Diabla’ deja un vacío en su entorno familiar y reitera la necesidad urgente de abordar las raíces del conflicto y la violencia que afligen al país.
Las autoridades continúan investigando el caso, mientras la comunidad se pregunta qué deparará el futuro en un contexto donde la violencia parece no tener fin.