A partir de 2025, el mundo dará la bienvenida a la Generación Beta, una nueva cohorte que abarcará a los niños nacidos entre 2025 y 2039, marcando un cambio significativo en el ciclo generacional tras la Generación Alfa (2010-2024). Esta nueva generación se caracterizará por un entorno tecnológico altamente avanzado y una aguda conciencia sobre la sostenibilidad y la inteligencia artificial, según los pronósticos del demógrafo Mark McCrindle.
Los miembros de la Generación Beta crecerán en un contexto donde la tecnología será omnipresente, influyendo en todos los aspectos de su vida diaria. Se espera que experimenten una personalización educativa sin precedentes, donde algoritmos de inteligencia artificial adaptarán no solo su aprendizaje, sino también sus interacciones sociales y hábitos de consumo. Para el año 2035, esta generación podría representar hasta un 16% de la población mundial, con muchos de ellos llegando a vivir hasta el siglo XXII, siendo hijos de los millennials y de la Generación Z.
Uno de los aspectos más destacados de la Generación Beta será la fusión de lo digital y lo físico, creando un entorno donde la tecnología no solo será una herramienta, sino un elemento definitorio en su forma de relacionarse con el mundo. La educación personalizada será uno de los pilares de su desarrollo, con herramientas tecnológicas que facilitarán un aprendizaje adaptado a sus necesidades individuales.
No obstante, la Generación Beta también enfrentará retos significativos, como el cambio climático y la rápida urbanización. McCrindle subraya que la sostenibilidad se convertirá en una expectativa fundamental para ellos. Los niños de esta generación se espera que desarrollen una mentalidad más global y colaborativa, enfocándose en innovaciones que busquen resolver los problemas más urgentes de su tiempo.
La llegada de la Generación Beta no solo representa un nuevo ciclo generacional, sino también una oportunidad para redefinir nuestra relación con la tecnología y abordar los desafíos del futuro. Estos niños no solo serán testigos de transformaciones profundas, sino que también se convertirán en agentes activos de cambio, dispuestos a moldear un mundo más sostenible y tecnológicamente avanzado.