El FBI ha iniciado una investigación sobre el trágico incidente ocurrido en la madrugada del 1 de enero de 2024, donde una camioneta embistió a una multitud en Bourbon Street, en el emblemático Barrio Francés de Nueva Orleans, dejando al menos 10 personas muertas y numerosas heridas. La agencia federal ha calificado el ataque como un posible «acto terrorista», indicando que el atacante fue abatido tras intercambiar disparos con la policía.
El sospechoso, identificado como Shamsud-Din Jabbar, un veterano de 10 años del Ejército de Estados Unidos, había arrollado a los transeúntes y luego comenzó a disparar contra los agentes que respondieron al ataque. Dos policías resultaron heridos, aunque se encuentran estables. La superintendenta de Policía, Anne Kirkpatrick, señaló que Jabbar parecía decidido a causar el mayor daño posible.
En un giro inquietante, el FBI confirmó que se halló una bandera del Estado Islámico en el vehículo del atacante y está investigando posibles vínculos con organizaciones terroristas, sugiriendo que Jabbar podría no haber actuado solo. La alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, calificó el hecho de «ataque terrorista», destacando que el acto fue intencional y se produjo al final de las celebraciones de Año Nuevo y justo antes del AllState Bowl, un evento deportivo que atraía a miles de personas.
Además, un artefacto explosivo improvisado fue encontrado en la escena del crimen, y el FBI trabaja para determinar su viabilidad. Testigos han descrito el momento caótico en que el vehículo se lanzó a alta velocidad hacia la multitud, seguido del estruendo de disparos.
El presidente Joe Biden condenó el ataque y expresó su «ira y frustración», reafirmando que Estados Unidos no tolerará la violencia contra sus comunidades. La investigación continúa, mientras la ciudad se recupera de este trágico evento que ha dejado una profunda huella en la comunidad y el país.