Esta puede ser una opción para aquellos que los tradicionales agüeros no les ha dado resultado en los últimos 31 de diciembre.
Si usted esta cansado de estar año tras año llenándose los bolsillos de lentejas, comprar los calzones amarillos, ahogarse con las 12 uvas a la media noche o darle la vuelta a la manzana, pero no ve resultado alguno, aquí les traemos dos opciones curiosas al mejor estilo que se vive en Dinamarca.
A diferencia de lo que ocurre en estas latitudes, donde algunas tradiciones son netamente locales , otras son adaptadas del viejo continente, se podría sumar dos más a esa larga lista de agüeros de fin de año.
El primero de ellos, aunque es bastante curioso, para los más irreverentes puede parecer divertido, romper platos en las puertas y ventanas de las viviendas de sus familiares y amigos.
Este ritual, muy al estilo europeo, no solo lo pondrá a estrenar vajilla, también le permitirá darse cuenta con cuántos amigos realmente está rodeado, ya que, a más platos rotos, más amigos preocupados por su bienestar en el año que está por iniciar.
Como recomendación, si piensa medírsele a este curioso y fracturado método de recibir el año, procure que sus platos, sean ya viejos y que incluso ya no use.
Otro de los rituales que puede sumar a su ‘Feliz Año’, puede ser el de saltar de una silla, simple y aparentemente sin sentido, pero para los daneses, este acto tan normal significa dar un salto lleno de fuerza y energía para entrar en esta nueva vuelta al sol.
Este salto debe ser más preciso con la llegada del año nuevo, solo así se puede garantizar su efectividad.
Así que después de los calzones amarillos, las lentejas, la vuelta a la manzana y las 12 uvas, aliste los platos viejos, busque a su mejor amigo, rómpalos en la fachada de su residencia y luego de un salto al nuevo año, eso sí, con cuidado no sea y se tuerza un tobillo e inicie su año cojo y con dolor.