Hoy se define el futuro del salario mínimo en Colombia para 2025, con la última oportunidad para que el Gobierno, las centrales obreras y los empresarios lleguen a un acuerdo. Si no se logra un consenso, el presidente Gustavo Petro se verá obligado a fijar el aumento mediante un decreto, un escenario que ya ha generado preocupación entre los sectores empresariales.
Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), ha reiterado su firme propuesta de un incremento del 12% para el próximo año, argumentando que es crucial para mejorar los ingresos de 3.700.000 colombianos y fomentar una reducción de las tasas de interés. “Este aumento sería muy positivo y virtuoso para los trabajadores”, destacó Arias.
En contraste, los empresarios adoptan una postura más conservadora. La Asociación Colombiana de Pequeñas y Medianas Empresas (ACOPI) propone un alza del 5,2%, enfatizando que la mayoría del tejido empresarial en el país está compuesto por microempresas que podrían verse afectadas por un aumento excesivo.
Si las partes no llegan a un acuerdo, el presidente Petro ya ha indicado que su decisión podría estar influenciada por la caída de la reforma tributaria en el Congreso y la falta de avance en la reforma laboral. “La ausencia de una reforma laboral aprobada debe ser compensada por el salario mínimo”, escribió el mandatario en sus redes sociales, sugiriendo que su enfoque priorizará la reactivación económica y la justicia social.
La mesa de negociación se reanuda esta mañana y se espera que el desenlace genere un impacto significativo en la vida de millones de trabajadores y la estabilidad de las empresas en el país. La incertidumbre persiste mientras se aguarda por la decisión final.