El festejo fue realizado en un restaurante ubicado en la vía a Cajamarca y al mismo asistió el Comandante de la Policía Metib.
En un restaurante campestre, un grupo de más de 15 hombres y mujeres, liderados por el señor Coronel Diego Mora, comandante de la metropolitana de Ibagué, llegaron al Restaurante Rústico, ubicado en la variante, vía Cajamarca.
En el lugar, ya se encontraban las dos personas más importantes, la señora Eneida Correa Rubio y su hija Liseth Camila Ospina Correa, las protagonistas de esta historia y llegó un grupo de más de 15 hombres y mujeres, liderados por el Coronel Diego Mora, comandante de la metropolitana de Ibagué, llegaron al Restaurante Rústico, ubicado en la variante, vía Cajamarca.
Liseth Camila nació hace 15 años, en el hospital de Rovira, es la segunda de cuatro hermanos. Desde su nacimiento, Camila enfrenta grandes desafíos, fue diagnosticada con mielomeningocele, hidrocefalia, pie equino, displasia de cadera y escoliosis, condiciones que la postraron en una silla de ruedas.
Eneida Correa, mamá de la jovencita entregó su cotidianidad a cambio del bienestar de su segunda hija y lucha cada día para sacar adelante a sus hijos, trabajando de manera esporádica, acompañando a personas que se encuentran hospitalizadas y vendiendo ropa a través de las redes sociales.
Camila se convirtió para su familia, sus amigos, y para quienes la conocen, en un símbolo de resiliencia. Con ella, renacieron las esperanzas de trabajar incansablemente por una sociedad más incluyente, soñar en un futuro no muy lejano, donde todos los niños puedan sonreír sin temores.

Hace 4 años, a través de las redes sociales se fraguó un encuentro que marcaría la vida de la familia Correa y de un grupo de uniformados de la Policía Comunitaria de Ibagué.
Esta valerosa niña, desde sus 10 años, había incursionado en la venta de pijamas a través de las redes sociales, lo que permitió el encuentro entre su familia y la patrullera Jessica, del grupo de comunitaria de la estación de policía norte.
Desde que está uniformada, conoció a Camila, hubo una transformación en su forma de ver la vida, y dio paso, a una amistad que día a día se fortalece, sin prejuicios, sin reproches, cementada en la esperanza y la ilusión de un mejor mañana.
Para el mes de Agosto de 2024, la silla de ruedas de Camila, dejó de funcionar, resultado del crecimiento de la jovencita y del paso del tiempo que, ya dejaban ver el desgaste de la misma.
El grupo de policía comunitaria, inició la gestión, logrando que, la Secretaría de Desarrollo Social de la Alcaldía, donará una silla de ruedas nueva para Camila. Su entrega a pesar de que no fue con bombos y platillos, significó mucho para los protagonistas de esta linda historia.
Inspirados por esta idea y por el deseo de que Camila viviera los 15 años como siempre lo soñó, el grupo de Policía Comunitaria, con el apoyo de diferentes entidades y personas, dio inicio a la organización de la que llamarían, operación ‘Renacer Esperanza’.
En el Restaurante Campestre Rústico, se dio inicio a la celebración. Camila hizo su entrada triunfal, recorriendo una calle de honor formada por los policías de la metropolitana de Ibagué, que con sus guantes blancos, le marcaban el camino hacia la felicidad.
En medio del escenario había una caja grande, recubierta por varios pliegos de papel regalo, que capturaba la atención de todos. Camila y su familia, no dejaban de pensar en lo que allí adentro.
El Coronel Diego Edixon Mora Muñoz, comandante de la Metropolitana de Ibagué, se acercó a Camila y le hizo entrega de la gran caja. Camila con una sonrisa en su rostro, empezó a rasgar cada pieza de papel hasta destaparla.
Los uniformados ayudaron a extraer de la caja el regalo esperado, se trataba de una nueva silla de ruedas, esta vez, una silla con funcionamiento eléctrico.
Esta silla fue donada por la señora Sol Covaleda, de la Fundación Nuestra Señora de la Esperanza, a pesar de que no era un elemento nuevo, estaba en óptimas condiciones, solo requirió de retoques, como pintura y limpieza, que fueron realizados por el grupo de Policía Comunitaria.
Camila con su carroza, como la llama a su silla de ruedas, pudo bailar el vals y disfrutar de una noche cargada de música, serenatas, diversión y por supuesto mucho amor, que marcaron el día de sus 15 años, que quedará grabado en su memoria para siempre.