En las últimas horas, la Clínica Universitaria Colombia confirmó el fallecimiento de Egidio Cuadrado, quien por décadas fue el amigo y compañero de Carlos Vives en su larga carrera musical, que, ahora, lo llora y le da el adiós de algo que «nadie lo había preparado vivir».
«Hoy, pues, ese sentimiento de muchos colombianos, personas de muchas partes que tienen el corazón como una uva pasa. Les confieso que lo hemos llorado mucho, pero la verdad no me imaginé llegar a un día así y hablar de mi compadre. Tener que traer recuerdos, he intentado ser lo más coherente posible (…) Siempre era una conversación especial, la última vez fue antes de volver a la clínica y la verdad lo sentí superbién. Él nunca perdió la esperanza y lo visitaba, le hablaba mucho y ya no me hablaba mucho. Tuvo un equipo médico maravilloso, que lo querían mucho. Encontramos muchos ángeles de medicina que lo quisieron mucho, pero, a través de ellos, entendíamos que había cosas que no», dijo Carlos Vives ante medios de comunicación.
Confesó que él lo convenció no solo como artista, sino como persona. Desde ‘Escalona’ lo escogió por las experiencias, cuando compartieron y que era un acordeonista que tenían una especialidad con la conexión con la tierra, la representación del campesino y su tierra. El samario sabía una noche antes que su ‘compadre’ estaba a punto de irse, fueron los medios de comunicación los que le confirmaron algo que «esperaba no sucediera».
«Desde su pequeña, Villanueva se proyectó y se volvió un colombiano querido en todas partes. Le gustaba ir a los Santanderes, al sur, o Antioquia y por toda Colombia, donde lo quisieran (…) El último concierto en Bogotá, donde solo pudo hacer dos canciones y fue el momento en que vi que se estaba deteriorando. Tengo una imagen cuando entré con él en la camioneta, verlo haciendo un esfuerzo para salir. Eso se me quedó en el alma y sabía, hicimos todo lo que se pudo, le dimos los mejores médicos, las mejores clínicas, gente que lo amaba y todo para que saliera adelante. Todos querían, pero su cuerpo ya no…».