Bhután, conocido por su Índice Nacional de Felicidad, enfrenta los desafíos de la modernización mientras preserva su rica herencia cultural.
Entre las majestuosas montañas del Himalaya, ubicado entre China e India, Bhután destaca no solo por su belleza natural, sino también por su enfoque único en la felicidad nacional bruta. Aunque famoso por este índice y por cobrar a los turistas una tasa de desarrollo sostenible de $100 diarios, la vida en Bhután es un balance entre tradición y modernidad.
KJ Temphel, fundador del grupo conservacionista Green Bhután, considera que vivir en el país es una experiencia tranquila y gratificante. Sin embargo, algunos ciudadanos, como Tandin Phubz, creador de la página de Facebook Humans of Thimpu, sienten que la llegada de la tecnología y la modernización ha traído consigo una desconexión emocional, llevando a una mayor incidencia de depresión.
La empresaria Chokey Wangmo también nota cambios significativos en su país. Aunque Bhután mantiene su singularidad con negocios y restaurantes locales, la población joven muestra un creciente interés por explorar el extranjero, lo que podría afectar el equilibrio demográfico del país. A pesar de los desafíos, Wangmo aboga por un equilibrio entre el respeto por la tradición y la adopción de nuevas formas de vida.