La Mandataria llegó muy puntual a la Alcaldía, ordenó cerrar la puerta y más de 50 funcionarios se quedaron por fuera, pero al verificar las oficinas, no encontró ni siquiera a los secretarios de despacho y directores.
La alcaldesa Johana Aranda Rivera llegó a la Alcaldía de Ibagué puntualmente para trabajar y se encontró con que las oficinas se encontraban prácticamente vacías, porque no habían llegado los funcionarios y decidió cerrar la puerta para darles una lección.
La Mandataria cerró la puerta y verificó las diferentes dependencias que se encuentran en la sede principal de la Administración Municipal, donde pudo verificar que ni siquiera sus directores y secretarios están cumpliendo con el horario de atención, por lo que decidió hacer el llamado de atención para trabajar con compromiso y entrega.
«Muchos funcionarios se quedaron por fuera por llegar tarde, pero necesitamos hacer un pacto por la puntualidad. El ingreso es a esa hora y debemos darles ejemplo a los ibaguereños para recuperar la confianza en lo público. ¡Esto no puede volverse cotidiano!, respetemos la puntualidad».