En un incidente que ha generado controversia en las redes sociales y en el ámbito político colombiano, la hija menor del presidente Gustavo Petro fue objeto de insultos y agresiones verbales durante un partido de fútbol en el estadio Metropolitano de Barranquilla. El hecho provocó la reacción del padre de Luis Andrés Colmenares, quien, a pesar de sus diferencias políticas con Petro, condenó enérgicamente los ataques contra la joven Antonella.
Luis Alonso Colmenares, conocido por ser un crítico frecuente del gobierno de Gustavo Petro, confirmó que la menor de edad fue agredida verbalmente en las tribunas del estadio Metropolitano. Antes del partido, un coro de «¡fuera, Petro!» resonó en casi todo el estadio, protesta que el mandatario atribuyó a opositores presentes en el lugar.
El presidente Petro lamentó que los gritos de rechazo le terminaran afectando a su hija menor, quien se encontraba en uno de los palcos del estadio. Petro calificó de «cobardes» a aquellos que atacaron a Antonella, enfatizando que la protesta debería dirigirse hacia él como mandatario y no hacia su familia.
En una inusual muestra de solidaridad, el padre del difunto Luis Andrés Colmenares, quien ha sido crítico del gobierno de Petro en el pasado, dejó de lado sus diferencias políticas y expresó su indignación por la forma en que algunos espectadores trataron a Antonella. A través de su cuenta de X, Colmenares manifestó su furia y advirtió sobre los límites de la crítica: «Que le digan a Petro todo lo que se les ocurra y lo que les de su puta gana, ¿pero con los hijos? ¡Todo tiene límites, malparidos!»
En las redes sociales, algunos argumentaron que Petro no debería deslegitimar la protesta, ya que los gritos estaban dirigidos hacia él como presidente y no hacia la hija. Sin embargo, Colmenares insistió en que los ataques iban directamente contra la menor de edad: «Yo estaba ahí. Fue contra la hija para afectar al papá», afirmó en varias ocasiones, haciendo hincapié en la responsabilidad de los padres.
El incidente ha avivado el debate sobre los límites éticos en la crítica política y ha llevado a reflexiones sobre el respeto a la integridad de la familia de los líderes políticos, independientemente de las diferencias ideológicas existentes.