En un discurso contundente durante la cumbre de gobernadores electos en Santa Marta, el fiscal general de la nación, Francisco Barbosa, arremetió nuevamente contra el Gobierno de Gustavo Petro. En un tono crítico, Barbosa aprovechó la ocasión para emitir duras declaraciones, marcando un patrón en sus últimas intervenciones antes de concluir su mandato en febrero próximo.
Barbosa, en un gesto que parecía reflejar la urgencia de transmitir sus preocupaciones sobre el Ejecutivo, focalizó su discurso en la política de «paz total». Esta política, según sus palabras, carece de resultados y dirección concreta, especialmente señalando los recientes sucesos desgarradores como el secuestro de Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Luis Díaz, a manos del Eln, poniendo en entredicho la efectividad de los conceptos de paz planteados.
El fiscal propuso la realización de un plebiscito para que los colombianos decidan sobre el proceso de paz con el Eln y otros grupos delincuenciales, señalando que esta medida sería más pertinente que consultar sobre el proyecto del metro en Bogotá, el cual ya se definió en las elecciones pasadas.
Además, Barbosa señaló una supuesta corriente dentro del Gobierno Petro que, según sus afirmaciones, buscaría favorecer a mafiosos. Hizo referencia a contactos entre allegados a Petro y reclusos en penales de alta seguridad durante la campaña presidencial, acusándolos de priorizar los intereses de los presos sobre la institucionalidad del país.
El fiscal lamentó la falta de defensa de la institucionalidad desde el Ejecutivo, afirmando que esta ha sido perjudicada por esta supuesta corriente en busca de favorecer a sectores delictivos en lugar de respaldar la ley y el orden.
Las declaraciones de Barbosa han generado un nuevo enfrentamiento entre el fiscal y el Gobierno de Petro, añadiendo tensión a un escenario político ya complejo en Colombia.