El órgano de control halló más de 30 irregularidades que afectan la prestación del servicio a los usuarios, evidencia inadecuada gestión gerencial por radicación inoportuna de la facturación por venta de servicios de salud, cuyo valor asciende a $13.955 millones. y ordenó la intervención preventiva por espacio de un año.
Así se conoció por medio de un comunicado oficial de la Supersalud que confirmó las versiones que se hicieron públicas en la tarde de este miércoles 25 de octubre, cuando un grupo especial de la entidad se tomó el hospital regional Alfonso Jaramillo y socializó la decisión de intervenir el centro asistencial.
Tras las reiteradas denuncias de presuntas irregularidades en el Hospital, La Superintendencia Nacional de Salud, ordenó hoy la intervención forzosa para administrar y la toma de posesión inmediata de los bienes haberes y negocios del Hospital Regional Alfonso Jaramillo Salazar, mediante la Resolución 2 0 2 3 4 2 0 0 0 0 0 0 8 1 2 3 – 6, luego de evidenciar 31 hallazgos que comprometen la prestación de servicios de salud y que revelan deficiencias en temas administrativos, presupuestales, de contratación, de reportes financieros y de inconsistencias y confiabilidad en la información entregada al ente de control.
Según la entidad, entre el 5 y el 9 de junio de 2023 la Supersalud llevó a cabo una auditoría sobre el hospital y evidenció 31 hallazgos, entre los que se encontraron:
– Más de 123 días de espera para la atención. No garantiza la prestación de los servicios de salud de manera segura generando barreras de acceso, como parte de las acciones de inspección, se evidenciaron casos de pacientes que debían esperar hasta 4 meses para que les asignaran citas médicas.
– Tiempos de atención reducidos. La consulta médica no cumplía con los requisitos mínimos de duración para garantizar el examen físico, impresión diagnóstica y plan de tratamiento del paciente.
– Aplicación de consulta espejo o asistida. Como estrategia para atender la alta demanda de pacientes, el hospital permite que algunos especialistas (neurología, medicina interna y fisiatría), realicen consulta espejo o asistida, que es una práctica no reconocida por el Ministerio de Salud y Protección Social.
– Fallas en los registros de atención del paciente. Los registros de las atenciones realizados en las historias clínicas son firmados únicamente por los profesionales contratados por la ESE, sin dejar evidencia en la historia de los profesionales que concurren en la atención del paciente.
– Sobreocupación en el servicio de urgencias. Afectando la definición de la conductas médicas de los pacientes, lo que prolonga su estancia en salas de observación y contribuye a la progresión de su enfermedad.
– Fallas en la seguridad del paciente. Se identificó alto riesgo en la continuidad del proceso de atención del binomio madre hijo en el marco de la ruta integral de atención materno perinatal, dado que existen condiciones de riesgo para la seguridad de las usuarias, se evidenció que se atienden partos sin el acompañamiento de ginecobstetra a pesar de la condición de riesgo de la usuaria.
– El Hospital no realiza seguimiento a los pacientes que le han sido cancelados los procedimientos quirúrgicos por causas institucionales, lo que genera retrasos de hasta cinco meses en la programación y continuidad en la prestación del servicio, situación que afecta el estado de salud de los pacientes y la progresión de su condición clínica.
– La auditoría de la Supersalud documentó un caso particular que demuestra la no garantía de acceso oportuno en otorrinolaringología. El Hospital antepuso el costo económico en que incurriría al trasladar un especialista para realizar una sola valoración en el servicio de internación, a garantizar la prestación efectiva de los servicios de salud a la paciente que requería la interconsulta debido a su estado clínico.
– Tampoco se garantiza el acceso efectivo a la atención integral en salud de las gestantes y los recién nacidos con el propósito de reducir la mortalidad materna, toda vez que no ha iniciado la implementación de las estrategias del plan de aceleración para la reducción de la mortalidad materna.
– Fallas en el servicio farmacéutico. El Hospital no garantiza la adecuada organización, almacenamiento y control de fechas de vencimiento de los medicamentos y dispositivos médicos y tampoco controla las condiciones ambientales de temperatura y humedad relativa para los medicamentos, dispositivos médicos e insumos del carro de paro del servicio de urgencias.
– Deficiencias en la supervisión de contratos: Realiza pagos a proveedores, sin evidenciar los soportes que den cuenta del cumplimiento de las actividades realizadas y/o que justifiquen los egresos efectuados.
– Deterioro en infraestructura. Se evidenciaron deficiencias por la pérdida de la continuidad de paredes y pinturas en el servicio de esterilización, debido a la humedad del lugar, situación que propicia la aparición de infecciones asociadas a la atención en salud.
A esto se suma también que la Supersalud identificó que el Hospital evidencia inadecuada gestión gerencial por radicación inoportuna de la facturación por venta de servicios de salud, cuyo valor asciende a $13.955 millones.
Con la medida de intervención, el superintendente ordenó la separación del actual gerente de su cargo y la designación como agente especial interventora de la doctora Nelly Belén Arsuza Mendoza, quien asumió esta misma tarde las funciones de representante legal del centro asistencial.