La afectación en la movilidad ha golpeado de manera exponencial a los ibaguereños que ya no aguantan más el paro que los tienen en jaque, aquellas personas que no cuentan con un medio de transporte les ha tocado caminar largas distancias para llegar a sus lugares de destino.
Así es el drama de una mujer que debe caminar desde Picaleña hasta el Hospital Federico Lleras Acosta, donde se encuentra hospitalizado su esposo y no cuenta con los recursos económicos para transportarse en un vehículo que no sea una buseta.
Como este caso hay muchas personas que se están viendo afectadas por el paro de transporte que hasta para llegar a las citas médicas deben caminar grandes distancias, Dayana es una joven que se encuentra en estado de gestación y debido a la situación por la que atraviesa la ciudad tuvo que caminar desde el barrio San Diego en el centro de Ibagué hasta la calle 44 con carrera 5 para poder asistir a un control prenatal.
Ella manifiesta que el paro de busetas le ha complicado poder asistir a los controles debido a que no tiene el dinero suficiente para pagar dos carreras de taxi que le valen en promedio ocho mil pesos.
Por esta razón le ha tocado caminar poniendo en riesgo su embarazo.