Con innovación y tecnología se busca evitar la emisión de más de un millón de toneladas de gases contaminantes en cultivos de arroz.
Además de que los productores de arroz se enfrentan a variaciones climáticas extremas que generan sequías, oleadas de calor e inundaciones, deben adaptarse ante la aparición de malezas que compiten y afectan los cultivos, las constantes amenazas de plagas y enfermedades y buscar la mejor tecnología posible para seguir alimentando una población en crecimiento. Es por eso que para la compañía agrícola, Corteva Agriscience, la innovación en la ciencia es una aliada fundamental para los arroceros del mundo.
Al respecto, Corteva ha evolucionado una de sus soluciones más representativas en materia de protección de cultivos para arroz. “El reconocido herbicida con tecnología Rinskor es una muestra de ello, pues desde el momento de su lanzamiento ha demostrado que se requiere de una menor cantidad de ingrediente activo para el control de malezas, además que puede reemplazar químicos sintéticos más antiguos, con una tasa de uso 150 veces menor; lo que podría evitar la emisión de más de un millón de toneladas de CO2 en los próximos 5 años”, señaló Adriana Viloria, líder de la categoría de fungicidas, insecticidas y soluciones biológicas de Corteva Agriscience.
Y no es para menos, el ingrediente activo Rinskor, ganador del premio Green Chemistry Challenge en 2018, cuenta con un perfil ambiental y toxicológico favorable que brinda un control post emergente efectivo de malezas clave en cultivos de arroz y otros sistemas de producción. “Las características químicas de este herbicida también brindan una herramienta alternativa para el manejo de malezas, incluido el control de especies que han desarrollado resistencia a otros modos de acción comúnmente utilizados. Se degrada rápidamente en el suelo, lo que contribuye a un menor impacto ambiental”, indicó Viloria.