Familiares de los menores también apoyan las labores de búsqueda para dar con el paradero de los menores que ya completan más de 20 días perdidos.
No cesa la búsqueda de los cuatro menores desaparecidos tras el accidente aéreo ocurrido el pasado 1 de mayo en la selva del Guaviare, que dejó tres adultos muertos, entre ellos el piloto.
Diferentes entidades entre ellas las fuerzas militares y comunidades indígenas, han liderado al equipo de búsqueda que ahora suma una serie de apoyos internacionales, que buscan reforzar y acelerar el operativo de rescate del grupo de hermanos. Dichas ayudas serán destinadas a las comunidades nativas, que recientemente se adentraron en las selvas de Guaviare y Caquetá para proporcionar respaldo a la llamada “Operación Esperanza”, que a la fecha lleva 23 días.

Hace unos días se conoció que don Manuel, el padre de los dos niños y padrastro de las dos niñas desaparecidas, se sumó al Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, quien lidera la búsqueda, él, colabora a los uniformados en las labores de búsqueda desde el primer día, y con este grupo, se completan cerca de 150 hombres entre uniformados, personal del grupo SAR de la Aerocivil y demás organismos de socorro para tratar de ubicar a los desaparecidos.

Por otro lado, el general Pedro Sánchez Suárez, quien es comandante del bloque de búsqueda de las Fuerzas Especiales, expuso un gráfico comparativo sobre el área de búsqueda en la que se concentra la operación y, según indica, “es casi del 80% del área urbana de Bogotá”.
“Si un menor de edad se pierde en un centro comercial o plaza de mercado y es difícil hallarlo, imagínese extraviarse en un área de 17 km x 19 km en medio de la selva, sin que alguien pueda brindar alguna razón.”, señala el general Sánchez.
Nuevos Rastros
El primer hallazgo, de acuerdo con la comunicación oficial, se realizó a una distancia de 560 metros al occidente del lugar del siniestro aéreo. Allí encontraron un par de tenis pequeños, un pañal usado pequeño y una toalla de color verde.
Los hallazgos anunciados en la mañana de este miércoles, 24 de mayo, dan cuenta de nuevos rastros que podrían dar con el paradero de los menores desaparecidos en la selva, en el límite entre Guaviare y Caquetá.

El segundo rastro, por su parte, fue el de otro pañal, una tapa rosada de un tetero y un marco negro de un celular. Estos estaban a 428 metros de distancia del accidente.
«Por el estado de estos elementos, los menores habrían estado allí entre el 3 y 8 de mayo aproximadamente, lo que permite deducir que existe la posibilidad de que los cuatro niños hayan salido con vida del accidente y posiblemente no sufrieron heridas pues no se encontraron rastros de sangre», señalan las autoridades en la comunicación.