La comunidad educativa insiste en que seguirá protestando para conseguir la inversión que el megacolegio necesita.
El cacerolazo convocado por la comunidad educativa se desarrolló por las principales calles del municipio, donde estudiantes, docentes y padres de familia se dieron cita y armados con ollas, tapas y hasta el molinillo, se hicieron sentir para exigir condiciones que garanticen la calidad en la educación que tanto les han prometido.
Con la consigna de la educación no es un juego, la comunidad exigió la llegada de los docentes, las obras complementarias del colegio al que no le hicieron más que el cascarón nuevo, donde carecen de muchos elementos que ayudaría para tener un programa de alimentación escolar en el sitio y otras acciones que reclaman.
En Purificación la comunidad asegura que no quiere más promesas del alcalde Cristian Barragán y la Secretaría de educación del Tolima, sino acciones concretas.